Si creemos que el COVID-19 es aterrador, el cambio climático podría ser sin duda mucho peor, pero tenemos aprendizajes de la crisis actual que deberían guiar nuestra respuesta a las siguientes acciones a favor del planeta y a la humanidad.
Sé que es difícil pensar en un problema como el cambio climático en este momento. Cuando ocurre un desastre es parte de nuestro instinto natural de supervivencia preocuparnos por satisfacer las necesidades básicas e inmediatas, principalmente cuando el desastre es tan grave como el COVID-19. Sin embargo, el hecho de que las temperaturas incrementen año tras año, no hace de menos la problemática y su impacto en el corto y mediano plazo que tienen al planeta.
Algunas acciones prácticas que podemos iniciar hoy mismo van desde la alimentación a través de moderar el consumo de carne y consumir productos que apoyen la agricultura sostenible. Planear nuestras comidas con anticipación es clave, preparar porciones más inteligentes, usar siempre lo que tenemos en el refrigerador y generar composta para nuestro jardín es una acción circular de hogar.
Seamos inteligentes en el uso de energía y cambiemos a fuentes de energía renovables y/o sistemas de ahorro energético como la iluminación LED.
Promovamos la economía circular y compremos productos hechos con contenido reciclado. Reciclemos, rentemos, compartamos y compremos productos usados en lugar de productos nuevos siempre que sea posible. Pero sobre todo compremos realmente solo lo necesario. Es clave reducir los artículos de un solo uso y comprar productos reutilizables en lugar de desechables.
Es nuestra tarea estimular sociedades resilientes para incentivar comunidades sostenibles. La educación de nuestras niñas y niños es clave para generar futuros ciudadanos sostenibles conscientes y empáticos de la importancia y cuidado de nuestro planeta tierra. Fomentemos en ellos la Cultura de la Legalidad; inculquemos la participación ciudadana en todos los foros y espacios; hagamos que realmente se escuche nuestra voz y seamos voluntarios en nuestra comunidad.
Alcemos la voz, no basta con saber, debemos pronunciarnos, denunciar, cuestionar, proponer y motivar a otros en también hacerlo. Empecemos con nuestra familia, amigos y círculos cercanos; aseguremos tener un efecto domino en nuestro entorno inmediato.
Debemos siempre informarnos, sobre cómo podemos exigir a los tomadores de decisiones, a nuestros gobiernos, influir en la creación de políticas públicas en beneficio del medio ambiente y la sociedad.
Los expertos en salud nos advirtieron de manera enfática, por años que una pandemia era prácticamente inevitable. No hicimos lo suficiente para prepararnos, planear de manera sostenible y ahora estamos tratando de recuperar, tiempo sagrado perdido, de una manera por decir de menos reactiva. Este es un enérgico aviso sobre el cambio climático. Si realmente iniciamos hoy desde cada trinchera, aprovechamos el poder de la información que generan los expertos y la ciencia y nos aseguremos de que las soluciones funcionen para los grupos más vulnerables, así podremos evitar cometer el mismo error con el cambio climático.
¡Pero ante todo actuemos! Recuerda que cada una de nuestras acciones impacta negativa o positivamente nuestro medio ambiente, comunidades y ciudades, no importa lo pequeña que sea. No creas que levantar o tirar una basura no sirve porque sólo es una. De nosotros depende tratar a la tierra con respeto. ¡Toda cuenta, así que cada cosa que hagamos que sea en favor de nuestro planeta!
*Director General de AdeS para América Latina y ex presidente del Consejo del World Environment Center
Nota original: https://www.elvigia.net/columnas/2020/8/14/que-importancia-tienen-nuestras-acciones-diarias-favor-del-planeta-353018.html