La lucha para mejorar la calidad del aire no son nuevas, pero hay que seguir trabajando aún falta mucho por hacer

La lucha para mejorar la calidad del aire no son nuevas, pero hay que seguir trabajando aún falta mucho por hacer

Día Internacional del Aire Limpio, por un Cielo Azul*

El pasado 7 de septiembre tuve el honor de hablar a nombre de mis compañeros del Observatorio Ciudadano de Calidad del Aire (OCCA) durante la celebración del Día Internacional del Aire Limpio, por un Cielo Azul, organizada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). El OCCA es una coalición joven de cerca de 20 organizaciones no tan jóvenes, que llevan muchos años luchando por un aire más limpio en nuestras ciudades y un desarrollo más sustentable en nuestro país. Las organizaciones han hecho evaluaciones y planteamientos críticos a lo largo de los años ante las autoridades federales, estatales y municipales en turno, pero también han ofrecido siempre una franca y transparente colaboración con los tomadores de decisiones cuando se trata de avanzar en la implementación de las políticas, normas y acciones necesarias para la protección ambiental.

Sin embargo, el Observatorio Ciudadano de Calidad del Aire no es la única coalición de organizaciones de la sociedad civil que viene trabajando con dedicación en el tema de la calidad del aire en México. Sólo por citar algunos otros ejemplos, tenemos a El Observatorio Ciudadano de Calidad del Aire del Área Metropolitana de Monterrey, dirigido por el Dr. Alfonso Martínez Muñóz; el Observatorio de Calidad del Aire de la Zona Metropolitana de Guadalajara, liderado por Maité Cortés del Colectivo Ecologista de Jalisco; el Centro de Energía Renovable y Calidad Ambiental (CERCA), dirigido por Jaqueline Valenzuela; y la Red Colaborativa de Monitoreo de la Calidad del Aire en Mexicali, Redspira, dirigida por Alberto Mexia.

Finalmente, en mi lista no exhaustiva de ejemplos quiero hacer una mención especial a un último ejemplo pionero y emblemático: Allá en 1995 el Grupo Pro Calidad del Aire Paso del Norte, organización binacional formada por ciudadanos de ambos países que promovieron iniciativas para reducir las emisiones a la atmósfera en la cuenca binacional de Ciudad Juárez, Chihuahua y el Paso, Texas. Propusieron la creación de un Distrito Binacional de Calidad del Aire. Al final se creó un Comité Consultivo Conjunto. Este Comité participó activamente en la redacción del Programa de Gestión de la Calidad del Aire de Ciudad Juárez 1998-2002.

El problema de la contaminación del aire y los efectos que ésta ocasiona en la salud es uno de los problemas ambientales que se reconoció en toda su amplitud de manera más temprana. Son varios los casos emblemáticos de extrema contaminación del aire que forman parte de los libros de texto en la materia: el Valle del Mosa, Bélgica, en diciembre de 1930; Donora, Pensilvania, en octubre de 1948; y por supuesto, la ciudad de Londres, donde se presentó en 1952 uno de los primeros episodios de altísima contaminación causado por la combinación de la niebla, una fuerte y prolongada inversión térmica, y por supuesto, la emisión de elevados volúmenes de bióxido de azufre (SO2) y de partículas de hollín. Tan sólo durante la semana de este episodio grave se hospitalizaron a 150 mil personas y más de 4 mil perdieron la vida por la contaminación. Finalmente, la Ciudad de Los Ángeles ha sufrido de serios problemas de contaminación del aire desde principios del siglo veinte, pero fue en los años cincuentas cuando el smog fotoquímico causado por las emisiones de compuestos orgánicos y de óxidos de nitrógeno (NOX) del creciente parque vehicular hizo que el gobierno de California y el gobierno federal de los Estados Unidos tomaran cartas en el asunto.

En México, en 1972 inició labores la antigua Subsecretaría de Mejoramiento del Ambiente, que pertenecía a la Secretaría de Salud y se encontraba ubicada en la Glorieta de los insurgentes. También en ese año se llevó a cabo la hoy célebre Conferencia de Estocolmo por un Medio Humano. Desde un año antes, México contaba con una Ley Federal para Prevenir y Controlar la Contaminación Ambiental así como con un reglamento para la emisión de humos y polvos. Se instaló la primera red de monitoreo atmosférico, la cual constaba de 20 estaciones que medían los contaminantes criterio más importantes: bióxido de azufre (SO2), monóxido de carbono (CO), polvos en suspensión (PST), ozono (O3).  Con la mayor información sobre la gravedad de la contaminación atmosférica, creció la concientización de la población en general y comenzaron las expresiones públicas y reclamos por parte de los grupos ambientalistas.

En ese entonces, el gobierno federal arrancó de inmediato las primeras campañas para reducir las emisiones contaminantes de cientos de industrias medianas y grandes que estaban asentadas en la Ciudad de México y los primeros esfuerzos para solicitar a los propietarios de vehículos que los mantuvieran en buenas condiciones mecánicas y de funcionamiento.

En 1986 comenzó a operar la Red Automática de Monitoreo Atmosférico, y se consideran como datos validados a partir de 1988. Con los primeros datos de la RAMA se reconoció que había un serio problema de contaminación atmosférica por plomo, bióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOX), monóxido de carbono (CO), partículas suspendidas totales (PST) y sobre todo de ozono (O3). Antes de la incorporación de convertidores catalíticos en los vehículos en México, en 1977 era común encontrar concentraciones de monóxido de carbono de 22 ppm, para 1987 ya había bajado a 13 ppm y actualmente las concentraciones típicas están por debajo de 3 ppm. En el caso del ozono (O3), a principios de 1978 los niveles de ozono alcanzaron .480 partes por millón, lo que significa más de cuatro veces la norma de calidad del aire que estaba vigente en esos tiempos (.110 ppm), que era bastante más laxa que la norma actual (.095 ppm como promedio horario).

Debido a la creciente presión de los grupos de la sociedad civil y del público en general, en el invierno 1987-88 se publicó un documento de política titulado La Contaminación Atmosférica en el Valle de México. El breve documento planteaba un conjunto de medidas publicadas por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, incluyendo la salida de la Ciudad de México de las plantas de Cementos Tolteca; Fábrica de Papel Loreto y Peña; Laboratorios Buckman; Química SIMEX; Trupper S. A. Tres años después se cerraría por instrucción Presidencial la Refinería 18 de Marzo ubicada en Azcapotzalco, y se empezó a suministrar gas natural a la Planta Termoeléctrica Valle de México operada por la CFE.

El rol de los grupos de la sociedad civil no sólo es la protesta y la denuncia ante la aparición de algún problema ambiental. También juegan un importante papel en la concientización de la población, llevan a cabo encuestas y estudios que generan información valiosa y, de manera muy importante, juegan un papel de contrapeso de los intereses económicos de particulares que en ocasiones frenan el avance de los esfuerzos ambientales y de protección de salud de la población.

Los grupos de la sociedad civil son aliados estratégicos de los buenos gobiernos. Este año celebramos el Día por un Aire Limpio en México y en el Mundo, estamos ante una gran oportunidad. El actual gobierno desea privilegiar el bienestar colectivo por encima de los intereses particulares. En el pasado, durante las últimas décadas existió en algunos temas claves una captura regulatoria por parte de unos cuantos sectores industriales y corporativos, incluyendo el giro de la industria automotriz. Estos sectores, argumentando su importancia económica lograron retrasar el avance normativo en algunos aspectos fundamentales para evitar mayor contaminación del aire.

De igual manera hay que reconocer el desafío que siempre han tenido algunas empresas del Estado como la Comisión Federal de Electricidad y PEMEX para cumplir con normas ambientales adecuadas. Esto no es nuevo, viene de gobiernos anteriores, pero no debiera mantenerse y perpetuarse durante la actual administración. Los grupos de la sociedad civil entendemos que a veces no es fácil convencer a otras carteras gubernamentales del imperativo de evitar la contaminación atmosférica y con ello proteger la salud de la población.

El proceso de la elaboración y revisión de las normas es especialmente importante. Podemos trabajar de la mano los grupos de la sociedad civil y la SEMARNAT. Compartimos el deseo de proteger el ambiente, los ecosistemas, la biodiversidad y a la población. Podemos ayudar a las autoridades ambientales a convencer a quienes por desconocimiento se oponen desde dentro y fuera del gobierno a que avance nuestra agenda compartida. En particular tenemos una gran oportunidad de terminar con el enorme rezago en materia normativa que heredó la actual administración. Pendientes como la calidad de los combustibles, la regulación de emisiones de vehículos a gasolina y a diésel, así como la importantísima norma de eficiencia vehicular, pueden constituirse como uno de los mayores legados de esta administración. Impulsemos también de la mano de las autoridades estatales y municipales la movilidad sustentable y en especial la no motorizada.

En su obra ya clásica de 1975: Contaminación en México de Francisco Vizcaíno Murray, publicado por el Fondo de Cultura Económica, nos decía hace 45 años de forma visionaria:

Tiempos vendrán en que el hombre se desplace de un lugar a otro sin llevar consigo la molicie que la civilización le ha dado con las cadenas, áureas pero pesadas, de la comodidad y la costumbre. Los hombres de gobierno en cercano futuro superarán obstáculos materiales y prejuicios y construirán ciclopistas y andadores; el hombre de la ciudad podrá así movilizarse con seguridad a la vez que mejorará su condición física, gracias al ejercicio del deporte y de la marcha; el individuo común y corriente utilizará el metro, el automóvil eléctrico y la bicicleta para llegar a su destino

Quienes queremos mejorar la calidad del aire para que se garantice el derecho a un medio ambiente sano, estamos del mismo lado de la ecuación. Estoy seguro que si colaboramos cotidianamente lograremos juntos avances muy importantes que no se habían logrado en materia de calidad del aire y, de paso, combatir el cambio climático a lo largo y ancho del país.

* Adrián Fernández, Director Ejecutivo de la Iniciativa Climática de México.