“Las ciudades no tienen configuración urbana para pensar en una mejor gestión de otras alternativas de transporte como la bicicleta o incluso caminar”, precisó Iván de la Lanza, gerente de Movilidad Activa de la Organización Internacional World Resources Institute.
Esto ha permitido que dentro de los planes de organización vial que han sucedido en ciudades, como la Ciudad de México se contemple la apertura de datos y la utilización de los mismos en medios digitales. De hecho la Agencia Digital de Innovación Pública hizo un mapa interactivo que integra sugerencias de ruta, ubicación de tiendas de ciclistas, talleres de reparación de bicis y ciclocarriles.
De acuerdo con Elizabeth Maigler, directora de Proyectos de Centroamérica de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad, el uso activo de los recursos de movilidad de la ciudad y la participación de los ciudadanos será vital en la post pandemia, pues estos medios alternativos ayudan en la calidad de vida de los usuarios, mantienen sana distancia y propician una preocupación por el entorno citadino de las urbes.
“Se estima que en 2050 el 85 % de la población vivirá en las urbes, las ciudades inteligentes ofrecen posibilidades para incrementar el bienestar de los ciudadanos y promover el crecimiento económico, mediante la facilitación, por ejemplo, de los trámites de registro de una empresa, el impulso del emprendimiento y la atracción de inversionistas creando con ello condiciones para que los negocios ofrezcan mejores empleos”, precisó Maigler.
Por ello es que coinciden en que las políticas públicas en torno a estas nuevas formas de transporte deben ser parte primordial en la gestión de las ciudades.
En el caso de la Ciudad de México, la Secretaría de Movilidad (Semovi) reportó que el uso de bicicleta durante la nueva normalidad ha incrementado 250%, con respecto a marzo de 2020, crecimiento que fue propiciado por la ampliación de ciclovías en avenidas como Insurgentes o Xola.
Según los conteos realizados por la Semovi, el tránsito de ciclistas de Insurgentes pasó de 1,996 el 24 de abril, a 4,633 el 25 de junio.
De acuerdo con el Observatorio Ciudadano de Calidad del Aire (OCCA) los usuarios de la ciclovía de Insurgentes están en un 95% de acuerdo con esta vía, mientras que 73% de los usuarios de Metrobús prefieren mantener este carril para bicicletas, y el 54% de los comerciantes y automovilistas consideran que es una buena alternativa.
Esto ha incentivado que instituciones como el Instituto de Políticas para el Transporte y Desarrollo (ITDP) busquen la permanencia de este tipo de vías en la ciudad.
“Insurgentes se convertiría en una avenida integral, en donde todas las personas que se trasladan a pie, en bicicleta, automóvil o transporte público, tendrían un espacio eficiente, saludable, inclusivo y seguro para moverse”, explicaron a través de un comunicado representantes de ITDP y otras asociaciones de movilidad.
Aunado a los datos abiertos de la ADIP, empresas de tecnología como Uber, Didi o Waze han buscado identificar rutas para sus servicios de movilidad, o para integrar otro tipo de recursos, como búsquedas de Pymes, con el fin de incentivar el uso de estos mapas en las ciudades.
Nota original: https://expansion.mx/tecnologia/2020/10/22/la-movilidad-post-covid-19-traera-nuevas-politicas-publicas